Freír los alimentos es una forma de cocción muy conocida y utilizada por todo el mundo. Los alimentos suelen quedar muy deliciosos, aunque, como todos sabemos, no es la forma más saludable de cocinarlos. Una de las principales características de esta forma de cocinar es que no se necesita ser un chef para poder tener buenos resultados. Además, los productos quedan muy crujientes y deliciosos. Sin embargo, para poder hacerlo de forma perfecta, hay algunas precauciones que debemos tener en cuenta.
No tiene nada que ver un producto bien frito y crujiente, con otro demasiado aceitoso o requemado. Por eso, conviene seguir algunos de los consejos que te proponemos a continuación.
Primero que nada, es importante a la hora de elegir el aceite opta por aquellos que resisten mejor las altas temperaturas. De esta forma evitarás que se te queme demasiado rápido. También debes elegir una sartén que sea profunda y de base gruesa, ya que se logran grandes temperaturas. Recuerda siempre añadir aceite en frío, no cuando el fuego está prendido, dejando suficiente margen para que no rebose la fritura.
Por otro lado, al sacar los alimentos colócalos sobre un papel absorbente, de esta forma evitarás que los alimentos queden enchumbados y contengan mayor cantidad de grasas. Otra opción es colocarlos sobre una rejilla por 30 minutos aproximadamente.
Además, al calentar el aceite lo mejor es hacerlo a temperatura media, la temperatura idónea oscila entre 180 y 190ºC. Si no dispones de termómetro, el aceite estará listo cuando un trocito de pan se dore en 60 segundos.
Por último, no reutilices el aceite que utilizaste para freír demasiadas veces, ya que, cuando el aceite ha comenzado a desintegrarse por el calor, aparecen compuestos perjudiciales.
Estos son los consejos que teníamos para darte, esperamos te sean muy útiles y te ayuden a cuidar de tu salud.