Verdades y mentiras acerca del acné

En torno al acné existen muchos mitos y creencias, entre ellos, los relacionados con la alimentación que aseguran que comer chocolate u otros alimentos grasos fomentan su desarrollo. Sin embargo, nos ocuparemos de desmentir las afirmaciones erróneas y mostrarte aquellos factores que verdaderamente influyen en su aparición.

El acné es una condición muy común de la piel que puede presentarse a cualquier edad, sin embargo, existen momentos de la vida en que su desarrollo es más frecuente debido a los patrones hormonales de esa etapa biológica.

La Asociación Americana de Dermatología (AAD), aclara las verdades acerca de este padecimiento, por ejemplo:

  • El acné es causado por mala higiene: El acné no se debe a la suciedad de la cara, e incluso, lavarse con demasiada frecuencia y agresividad podría empeorar el problema. Por eso, lo recomendable es lavar la cara dos veces por día con jabón suave.
  • El acné es causado por estrés emocional: Según la AAD, éste no es un factor relevante en el desarrollo del acné, pero existen algunos medicamentos usados para tratar el estrés severo que podrían provocar la aparición de acné como efecto secundario.
  • El acné es un problema cosmético: El acné no sólo es un problema de estética o apariencia física, sino que el desarrollo de este padecimiento, sobre todo en la cara, puede afectar la salud emocional de la persona al disminuir la autoestima considerablemente y así, afectar la calidad de vida de los afectados.
  • El acné es causado por la dieta: La asociación entre el acné y la ingesta de chocolate ha sido desmentida en un reciente estudio que afirma que más que los alimentos grasos, son los cereales refinados los que podría favorecer el desarrollo de acné a causa de alteraciones hormonales. Sin embargo, tanto las frituras, como la mantequilla o demás alimentos ricos en grasas, deben reducirse en la dieta a causa de los efectos nocivos que puede generar su elevada ingesta en la salud.

El acné se encuentra muy vinculado a los niveles de hormonas del organismo, por ello, es más frecuente en la adolescencia, en los primeros años de vida, y en el embarazo. No obstante, existen muchos factores que contribuyen a cuidar la salud de la piel, al mismo tiempo que protegen al resto del organismo, por ejemplo: no fumar, llevar una dieta saludable y equilibrada en la cual no falten vitaminas ni minerales, evitar los jabones abrasivos para lavar la cara y no exponerse a los efectos dañinos de los rayos solares.

Fuente: terra.com
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