Es creciente el número de investigaciones que vinculan la función cognitiva de la infancia con las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 u obesidad en la adultez.
Un nuevo trabajo realizado con niños británicos encuentra que aquellos que tienen un pobre control sobre su cuerpo o escasa coordinación entre los 7 y 11 años, son más propensos a sufrir obesidad en la vida adulta.
La relación no parece encontrarse a la inversa, es decir, no es que los niños que tienen sobrepeso manejan peor su cuerpo y tienen un pobre desarrollo cognitivo, ya que ninguno de los niños evaluados tenía un peso excesivo.
A pesar de contemplar la clase social, la masa corporal de la infancia y otros factores influyentes, la relación entre la función cognitiva en la niñez y el riesgo de obesidad en la vida adulta persistió.
Si bien todavía no se conoce el motivo de la asociación, se cree que tal vez el tabaquismo durante el embarazo o la falta de ejercicio en la infancia podrían estar involucrados, ya que ambos pueden ser un obstáculo al desarrollo motriz.
Cada vez son más las asociaciones entre los problemas neurológicos y el riesgo de obesidad. Tal vez los estudios futuros nos permitan encontrar la causa del vínculo y así, podremos actuar al respecto para prevenir, desde otro ámbito, dicha enfermedad.
Fuente: reuters.com
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