La situación económica mundial está influyendo grandemente sobre el costo de los alimentos y ésto, repercute seriamente sobre el perfil de alimentación de las personas.
Así, las familias de escasos recursos pasan hambre y las de nivel económico medio se ven obligadas a modificar hábitos para poder alimentarse.
Y aunque parezca paradójico, el incremento en el precio de los alimentos está incrementando las cifras de obesidad.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el encarecimiento de la comida obliga a buscar alternativas más baratas que también, son menos saludables.
Lo peor de todo es que no solamente se ve un aumento en el número de obesos sino que, las cifras de las personas hambrientas también están aumentando.
Las familias se encuentran con la necesidad de extremar el rendimiento de sus salarios, por eso, deben recurrir a alimentos no sólo baratos, sino también llenadores, como es el caso de las harinas, el azúcar y el mate.
Así, se logra una dieta que calma el hambre, pero que no es para nada nutritiva y provoca un exceso de carbohidratos que, con el paso del tiempo, genera niños y personas con exceso de peso, pero con carencias nutricionales.
Esto es lo que se denomina «desnutrición oculta«, porque existen déficits nutricionales que no se pueden visualizar en el físico de la persona.
Entonces, la crisis alimentaria mundial esta causando lo peor que podíamos esperar, comer menos o comer peor.
Se está generando una malnutrición generalizada que oculta grandes problemas nutricionales que sobre todo, repercuten en la calidad de vida futura de los actuales niños.
Fuente: bbc.co
En BlogNutrición: El alto costo de los alimentos saludables
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