Durante estas fechas festivas por lo general se consume en grandes cantidades de mariscos. Si bien los mismos son una excelente fuente de nutrientes y tienen mucho para aportarnos, en el caso de que tengamos determinadas enfermedades es importante moderar su consumo. Hoy te contamos cuáles son las mismas para que esta Navidad no tengas ningún problema.
Los mariscos tienen valores nutricionales impresionantes, su mayor componente es el agua y su carne es más fibrosa que la del pescado y muy rica en proteínas de alto valor biológico, aunque su digestión es más difícil. Sin embargo, el marisco también es una gran fuente de purinas, lo cual puede ser un gran problema para quienes sufren de hiperuricemia o gota y de piedras en el riñón, ya que las sustancias de las mismas se transforman en ácido úrico, lo cual perjudica a las personas que sufren de la enfermedades mencionadas.
Por otro lado, el marisco es rico en una gran cantidad de nutrientes, como las vitaminas del grupo B y en menor proporción las del grupo A y D. Entre los minerales que posee podemos destacar el fósforo, potasio, calcio, especialmente en las almejas, sodio, hierro y magnesio, en almejas, mejillones, ostras, así como yodo y cloro.
A nivel calórico no aporta cantidades significativas de calorías, ya que, contiene pocas grasas, auque esto también depende mucho de la forma en que se lo cocine. Los mariscos son una fuente importante de grasas insaturadas y mientras se consuman de forma ocasional sus efectos para la salud son mínimos. Sin embargo, es conveniente no abusar de los mismos, en especial quienes sufren de dolencias digestivas.
Manteniéndonos dentro de los límites y cuidando nuestra alimentación no deberíamos de tener ningún problema.