La novedad ha llegado al cine y se denomina 3D, es decir, aquellas películas que permiten a los espectadores ver como en un mundo real eso que sólo está proyectándose en una pantalla.
La vista huamana percibe la imagen desde un ángulo ligeramente distinto y cuando el cerebro une las imágenes que captan cada uno de los ojos por separado para crear una sola, se origina la percepción en 3D. Este proceso representa un esfuerzo adicional para el cerebro, comparado con el trabajo que realiza la mente al mirar una imagen en 2D.
Este esfuerzo extra que debe realizar el cerebro para que podamos disfrutar de una película en 3D es lo que puede originar dolor de cabeza y afectar la visión.
Por otro lado, cuando hay un problema ocular pequeño de base, tales como pequeños desequilibrios musculares que pueden pasar desapercibidos en los afectados, el esfuerzo del cerebro es mayor y así, resulta más fácil sufrir dolor de cabeza.
En definitiva, el cerebro culmina agotado, por ende, los especialistas aconsejan examinarse la vista antes de ver películas en cine tridimensionales, así como también, continuar investigando hasta qué punto es normal padecer dolor de cabeza o sentir náuseas tras mirar imágenes en 3D.
La realidad es que a pesar de que esta tarea el cerebro la realiza habitualmente en otros ámbitos, el cine 3D puede tener algunas consecuencias todavía poco conocidas entre nosotros que sería bueno estudiar para proteger la salud.
Fuente: consumer.es
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