Desde hace mucho tiempo se creía que la gente obesa tenía baja autoestima debido a su condición física, sin embargo, la relación parece invertirse y todo comenzaría en un baja autoestima que eleva el riesgo de desarrollar exceso de peso.
La investigación involucró a 6500 personas y observó que los niños de 10 años que tenían baja autoestima tendían a ser adultos con sobrepeso.
Los niños fueron evaluados a los 10 años, dónde se tomo su índice de masa corporal y su auto-percepción y después, se repitieron los registros cuando los individuos cumplieron 30 años.
Los resultados muestran que los niños que tenían baja autoestima, sentían que tenían menos control sobre sus vidas o se preocupaban más a menudo, tenían más probabilidades de aumentar de peso en los siguientes 20 años.
El estudio demuestra que así como la genética, la comida y la actividad física, los problemas emocionales también son factores influyentes en el desarrollo de obesidad.
Los niños que sufren problemas psicológicos y emocionales en su infancia son más propensos a sufrir enfermedades de adultos, y entre ellas, figura la obesidad. Por lo tanto, lo ideal es tratar la baja autestima, la depresión o la ansiedad desde temprana edad, de manera de prevenir la obesidad y las alteraciones metabólicas asociadas a ésta, porque una vez obesos, el circulo vicioso cuesta que culmine.
Fuente: bbc.co
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