La demencia es una afección frecuente en la tercera edad o como consecuencia de otros trastornos psicológicos, por eso, se piensa que la vida social, la tranquilidad y la mayor tolerancia al estrés, previenen su desarrollo.
Ésta hipótesis ha sido comprobada por científicos de Estocolmo, después de evaluar el estilo de vida social, la extraversión o capacidad de relacionarse con los demás y los rasgos de la personalidad de 506 adultos mayores a los cuales siguieron durante 6 años.
Durante el período de evaluación, 144 personas desarrollaron demencia, pero quienes menos riesgo presentaban eran quienes tenían mayor tolerancia al estrés, más estabilidad emocional, eran más extrovertidos y tenían mayor actividad social.
En el estudio, las personas tranquilas y que no se alteraban fácilmente se mostraban más satisfechas de sí mismas, mientras que aquellas que no toleraban el estrés eran emocionalmente más inestables, negativas y nerviosas.
Por lo tanto, se ha llegado a la conclusión de que ser sociable, tranquilo, extrovertido y participar de las relaciones humanas reduce las probabilidades de padecer demencia en comparación con los individuos introvertidos, que se estresan con facilidad (neuroticismo) y están socialmente aislados.
El ser humano es un ser social por naturaleza y quizá relacionarse con los demás y participar de la vida en sociedad, conserva las funciones del organismo y por lo tanto, protege de la demencia y otras enfermedades.
Fuente: 20minutos.es
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