La ciencia ha avanzado mucho al respecto y cada vez es más la cercanía que tenemos a nuestros genes, por eso, no podía faltar aquella rama que adapta la alimentación a la genética de cada individuo.
La nutrigenómica busca conocer cómo, por qué, dónde y cuándo algunos nutrientes de determinados alimentos pueden contribuir a prevenir enfermedades e incluso, facilitar su tratamiento.
En términos más claros, la nutrigenómica intenta profundizar las relaciones entre alimentos y enfermedades, ya que se piensa que determinados nutrientes pueden influir en la expresión de los genes humanos, evitando así, la aparición de algunas enfermedades, por ejemplo.
En este sentido, aún queda mucho por trabajar, pero en un futuro, no se descarta la posibilidad de crear dietas acorde a los genes de cada individuo, lo cual permitiría lograr la mejor dieta para una persona, por considerar ésta, cada una de sus características según lo indica el genoma.
En perros, ya se está utilizando la nutrigenómica para tratar los síntomas de la osteoartritis canina, pero en humanos, aún queda mucho por investigar.
En la actualidad, la dieta es una factor determinante de la salud del individuo y por eso, ante una patología, la alimentación debe adecuarse para favorecer su tratamiento, pero en un futuro, quizá la dieta sea la mejor terapia y medida preventiva para alejarnos de las enfermedades, mediante la modificación de nuestro genoma.