Comer rápido no sólo es un mal hábito porque favorece la indigestión, el descontrol alimentario y la falta de conciencia de lo que se ingiere, sino que también, incrementa el riesgo de sufrir exceso de peso.
Es decir, no sólo cuánto comemos puede favorecer el aumento de peso, sino que la manera en que lo hacemos también afecta nuestro peso corporal.
Según investigadores japoneses, las personas que comen rápidamente y hasta sentirse totalmente llenos, son tres veces más propensos a tener sobrepeso.
La obesidad es una epidemia que ya afecta alrededor de 400 millones de personas en el mundo, de los cuales, 20 millones son menores de 5 años, un problema realmente preocupante que está marcando el camino futuro de las próximas generaciones.
Para alcanzar dichos resultados se evaluaron 3000 personas de entre 30 y 69 años. Más de la mitad de las mujeres y la mitad de los hombres cuestionados expresó comer hasta sentirse totalmente plenos. Además. el 45% de los hombres, y el 36% de las mujeres manifestó comer rápidamente.
Éstas personas que comían a mayor velocidad y hasta sentirse llenos por completo, fueron quienes triplicaron su riesgo de engordar y por lo tanto, tenían más posibilidades de sufrir sobrepeso y obesidad.
El estudio indica que el estilo con el qué comemos, además de la cantidad y el tipo de alimentos que ingerimos, incide de manera significativa en el aumento de peso.
Por lo tanto, para acabar con este mal hábito y colaborar en la reducción del riesgo de obesidad, debemos comer en ambientes libres de distracciones, con el televisor apagado, sentados y masticando lentamente cada bocado.
Fuente: msnbc.msn.com
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