Hoy vamos a hablar sobre una de las grandes incógnitas que surgen a la hora de tratar una lesión, ¿le damos calor o frío? Te contamos qué aplicar cuando tenemos una lesión, golpe o percance, cuando acabamos un entrenamiento intenso, cuando realizamos ejercicios post-lesión, cuando tenemos alguna molestia muscular, articular o ligamentosa. ¡Esperamos te sea sumamente útil!
Siempre que sufrimos una lesión de cualquier tipo, como regla general para combatir la inflamación debemos aplicar frío varias veces al día por un tiempo máximo de 10 minutos durante las primeras 72 horas. Por otro lado, en caso de que sea una lesión crónica de origen muscular, entonces lo que se recomienda es aplicar calor seco o húmedo con el fin de relajar y distender la zona.
Debemos tener en cuenta que el frío aplicado por un tiempo menor a 10 minutos provoca vaso-constricción superficial, por lo tanto, el área no se influye tanto, esto además debe acompañar la posterior elevación del miembro si se trata de una lesión más grave.
Por otro lado, el calor provoca vaso-dilatación superficial, esto significa que la afluencia de sangre a al zona aumenta, por tanto, se mejora la eliminación de residuos sustancias algógenas (que provocan dolor).
Más allá de cuál sea el caso, recomendamos especialmente el frío en cualquiera de los casos, ya que además tiene un efecto analgésico. ¡Esperamos que estos consejos te sean muy útiles!