En muchas ocasiones comemos sin tener hambre, sin darnos cuenta si nuestro cuerpo nos pide comida o si solo lo estamos haciendo por placer. Algunas personas consideran que comer es un «placer», estamos de acuerdo que se puede comer «comidas sabrosas» y obtener placer al hacerlo, pero no estamos de acuerdo que para obtener «placer» comamos.
Es importante escuchar, sentir a nuestro cuerpo, concentrarnos en las sensaciones de nuestro estómago, entender si nos está pidiendo algo o no. De esta forma, sabremos cuando comer y si estamos comiendo mucho o poco.
Recomendamos comer despacio, está demostrado que cuando comemos despacio comemos menos. Cuanto más rápido comamos, más tarde llegan a nuestro cerebro las señales de saciedad, y continuamos comiendo, hasta que sentimos que hemos comido en exceso.
Sin embargo, si comemos despacio, masticando bien, saboreando cada porción, ingiriendo trozos pequeños cada vez y haciendo pausas entre bocado y bocado, estamos dando tiempo a nuestro estómago para informar al cerebro sobre si hemos comido ya lo suficiente, evitando así que comamos en exceso.
El factor de aburrimiento, de ansiedad, de tristeza que muchas veces sentimos, y el aspecto, olores y sabores de algunos alimentos hacen que comamos no por necesidad fisiológica sino «psicológica». A esto los profesionales le llaman Alimentación Intuitiva.
Aunque no lo creas, comer despacio es un hábito que se puede adquirir con la práctica. Para ello es importante evitar distracciones como la televisión durante la comida, siendo plenamente conscientes de lo que estamos haciendo y, como dijimos al principio, escuchando atentamente a nuestro cuerpo.