La calidad de la dieta tiene mucho que ver con nuestro peso corporal y con los compartimientos que componen el mismo, por eso, no sólo es importante mirar las calorías que comemos y la cantidad de lo ingerido, sino también, de dónde provienen las calorías y de qué se compone aquella cantidad consumida.
Un reciente estudio señala que las personas que comen más carne pesan más, porque aumentan más de peso en un período de cinco años que aquellos que ingieren la misma cantidad de calorías pero con menos carne.
Además de esta asociación, se observó que a mayor nivel de ingesta de carne mayor es el aumento de peso, lo cual podría deberse a la grasa asociada a la carne que sabemos tiene más probabilidades de almacenarse en el cuerpo, nos lleva a comer más porque tiene una alta palatabilidad y además, vuelve a las preparaciones más densas energéticamente.
En definitiva, no se trata de volvernos vegetarianos, sino tal vez, de elegir carnes más magras y de reducir su consumo, ya que en Argentina ingerimos gran cantidad de carnes a diario y muchas veces no sabemos cocinar sin estas.
Para reducir la cantidad de carne podemos usar salsas con vegetales y sin carne, salsa blanca a base de leche y queso, pesto con albahaca y aceite de oliva u otras para acompañar pastas. También podemos elaborar hamburguesas con mitad de carne y mitad de arroz, avena o trigo burgol, para reducir la cantidad de carne a usar.
Asimismo, podemos elaborar sándwiches vegetarianos, no agregar carne a las sopas y disminuir a la mitad la cantidad de carne que incorporamos a guisos.
Estos son algunas opciones que pueden ayudarnos a reducir la ingesta de carne en nuestra dieta donde la carne, abunda.
Fuente: diet-blog.com
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