La vitamina D desempeña un papel fundamental en la formación de huesos y dientes. Sus principales fuentes alimentarias son los lácteos, pescados y huevos. También se sintetiza en la piel humana cuando ésta es expuesta a la luz solar.
Investigadores japoneses han observado que el déficit de vitamina D durante el embarazo ocasiona craneotabes, es decir, ablandamiento de los huesos del cráneo en el bebé. El craneotabe suele considerarse una condición normal en los bebés sanos, por lo cual no se aplica tratamiento.
Sin embargo, los investigadores afirman que si el bebe no recibe un aporte suficiente de vitamina D durante la lactancia, éste arrastraría la deficiencia de vitamina y podría desarrollar, más adelante, problemas en la densidad ósea u otras afecciones como la diabetes tipo 1.
Durante el estudio se encontró una diferencia en la incidencia de craneotabes según las estaciones del año. Esto indica que la deficiencia prenatal de vitamina D se encuentra asociada a la menor exposición a luz solar durante la gestación.
Además de craneotabes, los bebés evaluados presentaron síntomas de hiperactividad de la glándula paratiroidea, hecho que también es causado por el déficit de vitamina D.
Si bien hacen falta más investigaciones al respecto, es relevante que no se genere una deficiencia vitamínica en las primeras etapas de vida de los niños, ya que la falta de vitamina D podría afectar el desarrollo óseo y ocasionar patologías como raquitismo.
Lo aconsejable es ingerir cantidades adecuadas de vitamina D mediante el consumo de 3 porciones de lácteos por día. Los científicos recomiendan tratar con vitamina D a las embarazadas que presenten deficiencia de ésta vitamina, con la finalidad de prevenir patologías futuras en el bebé.
Fuente: terra.com
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