Todos medimos nuestro estado de salud o nuestro descenso de peso en base a la pérdida de kilos que indica la balanza, sin embargo, el peso corporal no es lo más importante, sino sólo una parte de todo lo que implica estar saludables.
El peso corporal es un parámetro que está compuesto por el peso de los diferentes componentes de nuestro cuerpo, es decir, es el peso que reúne la cantidad de músculo, de agua y de grasa que hay en el cuerpo.
Si consideramos que la obesidad es una enfermedad definida como el exceso de grasa en el cuerpo, una persona con peso «normal» para la vista de ella y/o de otras personas, puede tener un exceso de grasa y no estar saludable.
Además, podemos tener mucho músculo en el cuerpo y tener un peso excesivo, pero estamos sanos, con grasa en niveles normales.
O bien, podemos subir a una balanza y pensar que hemos engordado cuando en realidad, tenemos retención de líquidos y los kilos no son un resultado verídico para la salud.
Asimismo, es importante saber dónde está ubicada la grasa en el cuerpo, ya que resulta nocivo si ésta se concentra en el abdomen, mientras que si se localiza en glúteos y caderas, lejos de perjudicarnos, nos protege.
Entonces, el peso puede ser el resultado de muchas cosas, y sólo no es suficiente para indicar cómo estamos de salud, sino que debemos utilizarlo conjuntamente con otros parámetros o mediciones, tales como el IMC, la circunferencia de cintura, el porcentaje de grasa y músculo del cuerpo, entre otros.
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