El agua es la bebida más noble y saludable, pero aún así, cada vez son menos los individuos que la consumen y los niños, prefieren otro tipo de bebidas azúcaradas porque desde pequeños no adquieren el hábito de beber agua.
Los especialistas afirman que el agua y la leche deben continuar siendo las bebidas más consumidas en la infancia, mientras que las bebidas más calóricas deberían ingerirse sólo de forma ocasional.
Si los más pequeños consumieran más agua y acompañaran con ésta las comidas principales, se reduciría notablemente la ingesta de gaseosas, jugos comerciales y otras bebidas con calorías derivadas del azúcar, por lo tanto, eliminaríamos un factor que contribuye al exceo de peso y así reduciríamos el riesgo de obesidad infantil.
Además, según los estudios realizados en países como Australia, México o Canadá, el agua puede ayudar a reducir en más de un 30% el riesgo de obesidad, sin olvidar que allí es muy elevado el consumo de refrescos, algo de lo cual no estamos muy lejos, ya que nuestra alimentación se ha occidentalizado.
Los niños deberían beber en promedio 1,8 litros de agua por día hasta los 8 años y a partir de los 9, alrededor de 2,5 litros diarios. Asimismo, una buena herramienta para reducir la ingesta de gaseosas y fomentar el consumo de agua en los niños sería no vender éstos productos en los kioscos escolares sino proveer agua mineral en surtidores.
El consumo de gaseosas a diario eleva notablemente las calorías ingeridas, y además, sus componentes no son saludables a ninguna edad. Por ello, lo ideal es consumir agua a diario y reservar las ocasiones especiales para ingerir gaseosas, jugos u otras bebidas azucaradas.
Fuente: yahoo.com
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