El Síndrome de Maripili constituye el mal de muchas mujeres profesionales que desean agradar a todo el mundo, que luchan para ser buenas en cada uno de los papeles que le han tocado ejercer en su vida.
Así, muchas mujeres de hoy en día se obsesionan por complacer a su entorno en todo, y cumplir a la perfección su rol como profesional, su rol de mamá, esposa, amiga e hija, aunque esto implique un desgaste extremo tanto a nivel físico y psíquico que culmina perjudicándolas.
Las mujeres, solemos tener más dificultades para canalizar el éxito y el fracaso, por ello, en busca de alcanzar un máximo desarrollo profesional o de obtener puestos directivos, podemos sufrir el llamado Síndrome de Maripili.
El modelo que parecía cambiar y nunca lo hizo, en el que siguen imperando los hombres a nivel laboral, es el que genera mayor presión en las mujeres profesionales, origina miedo a no gustar, a ser rechazada, y causa el Síndrome de Maripili.
Aunque ésto debe ser algo normal y comprendido como natural en el camino al éxito, muchas necesitamos de ayuda para canalizar esos tropezones que nos desilusionan y nos vuelven a lanzar hacia la obsesión de querer gustar a todos y en todo.
Sin duda, el hecho de buscar ser aceptada en todos lados, también tiene un origen social, una presión que nace en una sociedad cruel, dura y estricta para con las mujeres y sus diferentes roles.
Por eso, tenemos que saber que no es posible gustar a todos ni ser excelentes en todas las esferas de la vida, sino que lo normal es tener éxitos y fracasos y utilizar todo ello para crecer y perfeccionarnos, sin volvernos pendientes de la mirada ajena.
Fuente: abc.es
Que difícil es ser profesional y exitosa y a la vez querer ser madre y tener hijos…La culpa no es solo de las mujeres es tb de los hombres..que no hemos evolucionado tanto como creemos…Yo crecí escuchando a mis padres decirme: «Cuando crezcas tienes que estudiar, porque así si tu marido te trata mal lo mandas a volar altiro no más, no tienes nada que aguantarle a nadie, porque no dependerás económicamente de él»…Bueno, eso hice, estudié y hoy trabajo y me estoy comprando mi propio departamento…tengo colegas que incluso ganan mucho más dinero que yo, pero resulta que todas estamos solas, porque ningún hombre quiere estar con una mujer exitosa, amenazamos sus egos, entonces nos dejan…y los que se quedan, terminan convirtiéndose en cafiches, esperando que les paguemos todo…Por otra parte mientras más éxito económico tienes, menos hombres disponibles encuentras, porque resulta que nosotras tb seguimos con una estructura machista en que esperamos encontrar a un hombre que gane mucho más que nosotras y que aporte la mayor parte del dinero al hogar, o por lo menos el 60%…yo como nos casamos más mayores (porque antes estuvimos estudiando, trabajando y pasándola bien), más encima encontramos hombres divorciados que deben pasar el 40% de sus ingresos a su ex familia y entonces para que tenga mucho más dinero que nosotras debería tener un sueldo estratosférico y esos sí que son pocos…entonces creo que estamos en conflicto pidiéndo y pidiéndonos demasiado…Y además miramos con envidia y a la vez despresio a esas mujeres que decidieron no trabajar y ser mantenidas por sus maridos…las cuales yo creo a veces tb nos envidian…Al final, optamos por el término medio para poder cumplir en todas las áreas, decidimos profesionalmente trabajar, pero mantenernos en la mediocridad, en el término medio, para que así lo hombres nos quieran y no nos huyan y así poder tener una familia e hijos, pero sin sacrificar del todo nuestra independencia económica…Dios nos ayude, amén.
¡Hola! ¡Mejor no lo pudiste redactar!… Quisiera contaré mi historia… Estoy por terminar la carrera de medicina y en todo el tiempo de esta he tenido muy buenas calificaciones y reconocimiento por parte de mis profesores y compañeros (más de alguno me llegó a comentar que sería una excelente doctora). Llegado el momento de enfrentarme a los pacientes y al ir viendo el buen desempeño que tenía, me entró un miedo desmedido a ser reconocida y al liderazgo en cualquier proyecto… Algunas veces consciente y otras inconsiente me decidí por la mediocridad, al autosabotaje; por lo que en este punto me siento desorientada, por que ni novio, ni excelencia profesional; y sí mucho miedo a ser rechazada, a no tener esposo, y a no tener un buen trabajo.
Sentí la necesidad de compartirlo…
eso es culpa de vosotras, no de ningun hombre vosotras son las nos espantan, asi q seguid con vuestras tendencias machistas feministas y directamente se quedan solteronas.