El niño con los cachetes regordetes suele ser considerado un niño saludable, por eso, al momento de alimentar a los bebés, las madres insisten en que la comida ingrese a su boca.
Sin embargo, una investigación estadounidense señala que los padres deben evitar la insistencia y advertir cuando los niños sienten saciedad, porque sobrealimentar a los niños puede asociarse a obesidad o sobrepeso en un futuro.
Es fundamental que los padres presten atención a los gestos de los bebés, quienes no pueden darse a entender y tal vez, ya están saciados cuando se insiste en alimentarlos.
Otro factor importante a tener en cuenta para prevenir el sobrepeso es la cantidad de comida que se suministra al día.
Las madres muchas veces ignoran la negativa de sus hijos e insisten en administrarles comida cuando los pequeños ya están «llenos» y, lejos de provocarles un bien, pueden contribuir al incremento de peso futuro.
Durante el estudio se evaluaron los factores que contribuyen al aumento de peso y al incremento del riesgo de desarrollar obesidad o sobrepeso a futuro, detectándose mediante entrevistas y visitas que la cantidad de alimento que se suministra así como la frecuencia en que se da de comer, contribuyen al respecto.
Asimismo, y más importante aún, es la desatención de las madres a la saciedad de los niños, por ello, cuando los niños hacen gestos, mueven las manos o retiran el plato, o simplemente dicen «no quiero más», no hay que insistir con la comida, sino que la mejor opción para no sobrealimentar al niño y prevenir la obesidad a futuro, es seguir más tarde con la comida o al día siguiente.
Fuente: pro-salud.com
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