Las varices no son más que pequeñas venas que se hacen visible a causa de un proceso inflamatorio o un trastorno del sistema venoso que da origen a dilataciones permanentes en las venas para favorecer la circulación de la sangre.
Aunque las pequeñas arañitas no suelen traer más que consecuencias estéticas, detrás del desarrollo de varices se puede esconder una verdadera enfermedad que puede traer complicaciones.
La sangre sube desde las extremidades inferiores hacia el resto del cuerpo gracias a la contracción muscular que favorece su retorno en contra de la gravedad. Pero cuando la sangre no puede retroceder, la acumulación de fluido dentro de las venas dilata las mismas haciéndolas visibles.
Hay muchos factores que contribuyen a su desarrollo, entre ellos, estar de pie demasiado tiempo, el sobrepeso, el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, así como las hormonas femeninas que determinan que las varices sean más frecuentes en mujeres que en hombres.
En la actualidad existen muchos tratamientos para combatir las varices, sin embargo, los especialistas concuerdan en que la mejor estrategia es la prevención y para ello, lo ideal es llevar un estilo de vida saludable que incluya:
- Dieta equilibrada que favorezca un peso corporal dentro de parámetros normales.
- Ejercicio físico que favorezca la circulación de la sangre.
- Evitar prendas ajustadas que dificulten el retorno venoso.
- Evitar estar sentada muchas horas o de pie sin moverse por largos períodos de tiempo.
- Tomar suficiente cantidad de agua para favorecer la circulación sanguínea.
- No fumar ni beber alcohol en exceso.
Todas éstas medidas preventivas son las que, básicamente nos ayudarán a prevenir las várices así como otros tantos problemas de salud vinculados al estilo de vida.
Recuerda que más que una cuestión de estética, pueden convertirse en una verdadera afección que perjudique la salud.