Aunque la medida más recomendada por los médicos a quienes padecen hipertensión arterial es reducir el consumo de sal de la dieta, además de tomar fármacos prescritos, se ha demostrado que es aún más útil para disminuir los niveles de presión arterial es perder los kilos de más.
Si bien reducir la ingesta de sodio colabora significativamente, perder peso podría ser más efectivo para quienes padecen hipertensión arterial, ya que mientras el sodio permite bajar entre 2 y 8 mmHg de presión arterial, cada 10 kilos que pierde una persona con hipertensión que está excedida de peso se reduce entre 5 y 20 mmHh su presión sanguínea.
El sobrepeso y la obesidad, no sólo son factores de riesgo para la hipertensión, sino que incrementan las posibilidades de desarrollar diabetes y otras enfermedades vasculares que pueden ser la causa de un infarto o un accidente cerebrovascular. Por eso, es fundamental controlar el exceso de peso y revertirlo mediante el estilo de vida.
La dieta DASH, que ya hemos descrito en BlogNutrición, puede colaborar grandemente con la tensión arterial y además, puede ayudar a perder peso.
Básicamente, consiste en incluir frutas, verduras, lácteos descremados, cereales integrales y grasas saludables y reducir la ingesta de carnes rojas, grasa saturadas, bebidas azúcaradas y otros dulces.
Esta dieta, presupone una baja ingesta de sodio, porque se basa en alimentos frescos y no en productos procesados, además al reducir la ingesta de grasas saturadas e incrementar el consumo de alimentos ricos en fibra y con pocas calorías, puede ayudar a adelgazar sin hambre.
El estilo de vida influye de manera determinante en el control de la presión arterial, por eso, es más probable que quienes logran adelgazar, también logren cambiar sus hábitos por otros más saludables que favorezcan su salud y el tratamiento de la hipertensión.
Fuente: lanacion.com
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