Siempre se ha asociado el abandono del hábito de fumar con un mayor consumo de alimentos, y por ésto, con un aumento de peso. Sin embargo, ser tabaquista durante la adolescencia también predispone a engordar en la edad adulta.
Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, ha observado que las adolescentes que fuman tienen más probabilidades de padecer sobrepeso en la edad adulta con respecto a aquellas no fumadoras.
Luego de realizar un seguimiento de gemelos nacidos entre 1975 y 1979, la mitad de los participantes nunca había fumado y el 12% de ellos sí lo había hecho en la adolescencia. De los fumadores, el 15.5% de los varones y el 9.4% de las mujeres había fumado más de 10 cigarrillos por día.
Al llegar a los 20 años de edad, las mujeres que habían fumado más de 10 cigarrillos diarios tenían 2.3 veces más probabilidades de padecer sobrepeso que sus pares no fumadoras.
Entre los varones, fumar en la adolescencia no incrementaba las probabilidades de engordar, lo cual lleva a los científicos a suponer una asociación específica entre el tabaco y las hormonas femeninas que al interactuar, podrían afectar el apetito y la distribución de las grasas.
Más allá de el mecanismo específico, el tabaco afecta grandemente la salud, reduciendo los beneficios de otros hábitos saludables e incrementando la probabilidad de sufrir todo tipo de enfermedades. Por eso, no sólo evitar el sobrepeso es una causa válida para abandonar el hábito de fumar, sino que cuidar nuestra salud y la de quienes nos rodean, ya supone razón suficiente para hacerlo.
Fuente: tendencias21.net
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