El número de afectados por desórdenes alimenticios crece día a día y sus víctimas podrían verse beneficiadas de una tratamiento interdisciplinario en el cual se incluyan terapias conversacionales que buscan liberar los sentimientos obsesivos.
La terapia cognitiva conductual ha demostrado ser un factor clave en la recuperación de los trastornos alimentarios, ya que con ella se puede conocer en profundidad los comportamientos vinculados a la enfermedad y así, favorecer su cambio.
Un estudio del American Journal of Psychiatry de la Universidad de Oxford, llevado a cabo con 154 personas, confirma que el tratamiento con terapias conversacionales logra una mejora completa y duradera en la mayoría de las personas.
El profesor Fairburn cree que su versión de la técnica puede ayudar a más personas, y consiste en una serie de sesiones de asesoramiento que guían a las personas para desvelar los vínculos entre sus emociones y sus comportamientos, lo cual ayuda a poner en práctica las formas de cambiar sus conductas actuales.
Fairburn desarrolló dos versiones, una centrada únicamente en la bulimia, y otra más amplia en el cual se incluyen los problemas de autoestima que pueden influir en este tipo de desórdenes alimenticios.
Ambos tratamientos consisten en sesiones de 50 minutos, una vez por semana durante 20 semanas. Los resultados mostraron que los pacientes respondieron positivamente y la mejora se prolongó por un año. Dos tercios de los pacientes tuvieron una reacción completa y duradera, y varios del otro tercio mostraron mejoras sustanciales.
El estudio demuestra la importancia de influir con el tratamiento en los conocimientos, comportamientos y conductas de los afectados, ya que no sólo es necesario la dieta, y la terapia física, sino que el autoestima y la salud emocional cumple un gran papel en los trastornos alimentarios.
Fuente: 20minutos.es
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