Hace un tiempo atrás, se supo que en Estados Unidos pagarían por adelgazar, y ésto, a reunido opiniones controvertidas sin saber los resultados del incentivo económico.
Sin embargo, un reciente estudio ha evaluado los efectos que un estimulo económico puede producir sobre el adelgazamiento. Para ello, se han evaluado 57 personas, a las cuales se propuso dos tipos de incentivos para perder peso.
Uno de los métodos de estímulo consistió en que los participantes recibían ganancias de manera similar a una lotería, mientras que para otro de los grupos se fijó un contrato de deposito en que los participantes invertían su propio dinero y lo perdían si no conseguían un peso determinado.
Dichos grupos que tenían incentivos económicos, perdieron más peso que el grupo control. El 50% de los participantes de los grupos con fomento monetario alcanzaron el objetivo de perder 7.25 kilogramos en 16 semanas, mientras que sólo el 10.5% logró dicho objetivo en el grupo control.
Los investigadores señalan que si bien pasados 7 meses de haber finalizado el estudio, los participantes recuperaron parte del peso perdido, aún mantenían un peso menor al que poseían al iniciar la investigación.
No obstante, este hallazgo puede arrojar opiniones encontradas. En lo que a mi postura respecta, me parece lamentable que tengamos que recurrir a los incentivos económicos para darnos cuenta de que una buena salud favorece el menor gasto de dinero, y que para lograrla, no sólo es necesario perder peso, sino modificar nuestros hábitos para lograr un estilo de vida saludable.
Con los fomentos económicos, no sólo una persona puede recurrir a cualquier estrategia para perder peso, entre ellas, alguna puede perjudicar la salud del individuo. Sino que la mayoría de lo recursos que se utilizan para adelgazar por dinero, no modifican hábitos, porque para lograrlo, se requiere de esfuerzo, tiempo y reeducación. Sólo de ésta forma, los resultados perdurarán en el tiempo.
Fuente: nutriguia.com
En BlogNutrición: Pagarán para que bajen de peso