El hábito de fumar es cada vez más frecuente entre las mujeres, quienes antes se alejaban del cigarrillo por ser, antiguamente, un símbolo de masculinidad.
Hoy en día, 1 de cada 5 mujeres fuman a partir de los 18 años, aún cuando se conocen sus efectos negativos sobre la salud, los cuales ya están estudiados y confirmados.
Fumar afecta cada órgano del cuerpo de manera negativa y por ello, la lista de patologías asociadas al tabaquismo cada vez es más extensa. Entonces, simplemente no existen razones, fuera de la adicción que provoca la nicotina, para no dejar de fumar.
En las mujeres, el tabaco puede reducir la duración de su vida en casi 15 años, y no sólo eso, ya que la calidad de la misma puede verse severa mama, oral, de faringe, laringe, esófago, páncreas, riñón, vejiga, útero y cuello uterino.
Además, fumar es la causa principal de cáncer de pulmón y la número uno de muerte por cáncer en mujeres. El número de muertes por cáncer de pulmón en mujeres ha aumentado en los últimos 50 años en más de un 600%.
Por otro lado, las fumadoras son el doble de propensas a padecer enfermedades coronarias y 10 veces más propensas a morir de enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC.
No debemos olvidar la influencia del tabaquismo sobre la fertilidad femenina y las grandes alteraciones que pueden ocurrir como consecuencia del cigarrillo durante el embarazo.
Incluso, las madres fumadoras convierten en fumadores pasivos a sus hijos, los cuales acarrean muchos más problemas de salud que quienes viven en un hogar sin tabaco
Por todo lo antes dicho y sobre todo, por vivir más y mejor, es fundamental que el tabaquismo no sume adeptos, sino que todos reconozcamos la inmensidad de consecuencias negativas que éste puede generar.
Fuente: terra.com
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