La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que conlleva severos daños sobre la salud de los afectados, pudiendo ocasionar un alto grado de morbilidad, aún después de haber superado dicha afección.
En su tratamiento se requiere de una conjunción de factores y profesiones que interactúen entre sí para lograr el control y posterior recuperación de la persona afectada.
Hasta hace poco tiempo, el ejercicio físico no se incluía dentro de su abordaje terapéutico debido al gasto calórico que implica, lo cual se creía contradictorio con la finalidad de recuperar el peso perdido y reducir los riesgos del organismo.
Sin embargo, un nuevo trabajo de investigación parte de la premisa de que el ejercicio físico ayuda a mejorar el tratamiento de la anorexia nerviosa en niñas y adolescentes.
El trabajo pretende explicar el por qué de dicha ayuda, y se evaluará en 30 niñas y adolescentes tratadas por anorexia nerviosa, con el continuo contacto de los psiquiatras que las están asistiendo.
La principal investigadora señala que, de manera complementaria al tratamiento psiquiátrico, el ejercicio físico pautado puede ayudar a controlar y recuperar la masa corporal de las pacientes. Además, destaca que diferentes autores afirman que el ejercicio aeróbico reglado beneficia a los individuos con anorexia nerviosa y facilita la fase de crecimiento óseo.
En una segunda etapa de la investigación, se pretende analizar la influencia genética en la recuperación de la enfermedad y en lo posible, determinar que tipo de ejercicio es el más adecuado según el perfil de cada paciente.
El ejercicio físico no sólo permitirá un mayor crecimiento óseo, sino que puede colaborar en la adhesión de las pacientes al tratamiento, así como en la forma corporal que éstas van adoptando a medida que incrementa su peso corporal.
Por otro lado, puede incrementar la autoestima de las personas afectadas por este trastorno alimenticio que, si no se trata a tiempo y adecuadamente, puede resultar fatal.
Fuente: medicosypacientes.com
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