Con el ritmo de vida actual y los horarios dispares de cada uno de los miembros de la familia, es cada vez más difícil reunir a todos los integrantes del hogar para compartir una comida.
Sin embargo, se ha demostrado que comer junto al resto de la familia previene el desarrollo de trastornos alimentarios, reduce el riesgo de adicciones en los adolescentes e incluso, mejora la calidad de la dieta de los más pequeños.
Una encuesta internacional ha arrojado buenas noticias para los argentinos, quienes según los resultados de la misma, comparten la mesa familiar el 95% de las comidas del día.
Además, Argentina es el país que más disfruta de las comidas caseras, elaboradas en el seno del hogar a pesar de las grandes ventajas y comodidades que hoy ofrece el delivery.
Ésto también es un gran dato debido a que se ha comprobado que por el sólo hecho de elaborar las comidas en casa, éstas resultan menos calóricas que aquellas iguales compradas en el mercado o en lugares de expendio de comidas.
Por otro lado, los beneficios de comer en familia no sólo son los enunciados anteriormente, sino que sorprendentemente, se ha demostrado que los niños que comparten la mesa con sus padres aprenden mejor a leer, tienen mejor vocabulario y rendimiento escolar.
Es decir, los efectos de comer en familia no se limitan al aspecto alimentario, sino que influyen positivamente sobre el desarrollo cognitivo de los niños.
Entonces, para beneficiar nuestra salud y la de los más pequeños, es recomendable compartir la mesa con el resto de los integrantes del hogar, lo cual resultará más económico y mejorará la calidad de vida de quienes se encuentran en pleno desarrollo físico e intelectual.
Fuente: lanacion.com
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