La alimentación y salud de los padres antes, durante y después del embarazo son indicadores de su estilo de vida y por ello, influyen grandemente sobre la salud futura de los niños.
Asimismo, factores infantiles tales como el peso al nacer, intervienen en el posible desarrollo de enfermedades o elevan el riesgo de diversas patologías.
Dos estudios europeos sugieren que los factores como el peso al nacer, el tabaquismo materno y el peso de los padres pueden predisponer a un niño de corta edad a desarrollar obesidad.
La primera investigación ha confirmado que los niños con un peso elevado al nacer tienen 4.5 veces más probabilidades de sufrir obesidad o sobrepeso a los 6 meses de edad que los lactantes cuyo peso al nacer fue normal.
Asimismo, se demostró que el riesgo de sobrepeso también incrementa cuando los niños son alimentados con fórmulas infantiles en reemplazo de la leche materna o cuando las madres fuman durante el embarazo.
Por otro lado, el índice de masa corporal materno, junto al hábito de fumar, incrementan el riesgo de obesidad en los niños y dicho riesgo persiste hasta los 18 años de edad.
Además, es importante resaltar que no sólo los niños son los individuos en riesgo debido a los hábitos anteriormente dichos y el sobrepeso de los padres, sino que éstos últimos también afectan su salud cuando optan por el tabaquimo, por ejemplo.
Una vez más, rescatemos la importancia de cuidar nuestros hábitos de vida no sólo para el bien de la salud propia, sino para cuidar de la salud de los más pequeños.
Fuente: EUFIC.org
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