Desde la infancia, el significado de la mesa familiar y de las comidas se construye junto al resto de los seres queridos que conforman el hogar.
Compartir la mesa familiar es un buen hábito que ya se ha demostrado, previene el desarrollo de trastornos alimentarios, contribuye a una dieta más sana y además, según un reciente estudio, evita que las adolescentes consuman drogas y alcohol.
La investigación realizada en la Universidad de Minnesota, afirma que aquellas adolescentes que compartían la mesa con la familia al menos 5 veces a la semana eran menos propensas a beber alcohol, fumar marihuana, cigarrillos u otras drogas 5 años más tarde.
Lo lamentable es que no se observó el mismo efecto en los adolescentes varones estudiados, aunque no se puede especificar por qué ocurre esta diferencia.
Anteriormente la protección de las comidas familiares ante los trastornos alimentarios, fue más fuerte para las niñas.
También se sabe que, compartir la mesa familiar, reduce las conductas violentas entre los adolescentes de ambos sexos.
Incluso, se debe destacar que no sólo es un hábito saludable que previene enfermedades, sino que incluir a los niños y adolescentes a la mesa familiar, puede ser una buena forma de disfrutar de las comidas como un acto social placentero a través del cual, se puede impartir conocimientos, educar y establecer un diálogo y mejor relación entre los miembros del hogar.
Fuente: terra.com
En BlogNutrición: Comer en familia previene trastornos de la alimentación
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