Se estima que en Reino Unido la mayor parte de la población será obesa a mitad del presente siglo. La obesidad significa para los sistemas nacionales de salud un gran gasto de dinero, incluso al mismo obeso le cuesta un dineral, ya que debe luchar contra la enfermedad que ya posee y contra las que tiene riesgo de contraer debido al exceso de peso.
Dada esta situación, el gobierno británico anunció un plan mediante el cual se ofrece incentivos económicos a los obesos que logren perder peso.
Los incentivos consistirán, entre otras cosas, en competencias en el ámbito laboral con dinero o trofeos para aquellos que abandonen la comida rápida y disminuyan su peso corporal.
Conjuntamente con este plan, el gobierno británico lanzará una campaña para reducir la obesidad infantil en los próximos 12 años. Sin embrago, los críticos de las propuestas estatales aseguran que no existen pruebas que confirmen que dichos incentivos vayan a funcionar.
Con esta política, el gobierno de Reino Unido pone a prueba las decisiones de sus habitantes, quienes deberán optar por el dinero de sus cuentas bancarias o la comida rica en grasas y azúcares simples.
Fuente: lanacion.com
1 comentario